
LILAH es una antigua palabra sánscrita que significa “el juego divino de vivir”. Este concepto sagrado se manifestó en India en forma de un Juego de Autoconocimiento y Autoliberación hace más de 2500 años.
Se juega con un Tablero de 72 Casilleros, un Símbolo Personal y un Dado.
Cada casillero representa diferentes emociones, sentimientos y estados existenciales. En algunos encontrarás la cabeza de una Serpiente que guiándote con su cola te muestra donde baja tu energía, en otros la base de una Flecha te indica donde puedes elevarte.
Tu autoconocimiento crece en cada tirada de dado, moviendo tu símbolo personal por el Tablero. En cada casillero hay una enseñanza que encontrarás en el libro LILAH, El Juego del Autoconocimiento.
Cuando somos niños nuestra vida es sólo un juego inocente, a medida que crecemos, experimentamos sus complejidades, este juego milenario las refleja y nos ayuda a elaborarlas.
Mi relación con el Lilah se vio potenciada cuando organicé el primer grupo en Argentina de nuestro querido Claudio Naranjo(1981).
Al enterarse que era “jugadora del Lilah” y dejarme como “un puente” en su primera formación por aquí, me aconsejó que use esta herramienta para que comprendamos cómo se dinamizan las “pasiones” en el Eneagrama que están presentes en la primera Estación del Juego.
Es una de mis herramientas favoritas de mi enfoque PUNTO CERO para entrar en una Psicología del Siglo XXI.
