
Cuando comenzamos a movernos dentro del espacio vivencial de la integración de
opuestos, nos abrimos a un universo donde la Aceptación de lo que Es se transforma en
un nuevo ¡Eureka!
Como en las figuras de Escher, vemos que las puntas de las alas de los ángeles y las
puntas de las alas de los demonios se unen en nuestros mundos personales.
Ese momento de gran transformación comenzamos a respondernos a la pregunta: ¿Qué
cielo y qué infierno queremos construirnos?
Tomar conciencia de nuestra responsabilidad en la construcción de nuestra vida como
un cielo o como un infierno es uno de los regalos que recibimos cuando comenzamos a
aclararnos, encendernos, relajarnos, inspirarnos o confiar, al realizar este tremendo
trabajo que es el camino de la integración de opuestos y su transformación en
complementarios.
Los seres humanos pertenecemos a la superficie y a la profundidad, a la tierra y al
océano, a lo que está fuera de la piel y a lo que está dentro de ella.
Como los anfibios, podemos vivir en la tierra, pero no siempre. Si cada tanto no
volvemos al mar nos secamos convirtiéndonos en una grieta, sin empaparnos con algo
de rocío nos opacamos, estando tan a la mano de todo nos endurecemos con escudos
excesivos y languidecemos recordando con nostalgia algo de amor, si nuestras manos
no se abren cada tanto tomando algo vivo. Somos una paradoja viviente. Logramos
enteramos de quienes somos cuando aceptamos ser duales.
Parece que la mayoría está viviendo en un medioevo mental, identificado con uno de los
polos, esa mirada parcial sostiene la creencia de que la vida es plana y lineal.
Descubrir que en algún rinconcito todavía tenemos a nuestro Colón sin partir, esperando
que la Reina venda sus joyas para poder hacer el viaje a través de los hemisferios, es
una tarea ineludible para aquellos que queremos recuperar nuestro poder vital.
La integración de opuestos busca la redondez del territorio personal. Al hacer este
trabajo, la luz de la conciencia ilumina la realidad; eso lo hemos visto infinitas veces en
las experiencias de vivir y el desarrollo de los procesos terapéuticos de aquellos que se
animan a atravesar sus miedos.
Si hacemos el esfuerzo, aunque sea intelectual, de mirar la vida desde la unidad de la
existencia, todos los Opuestos, todos los contrarios, desaparecen.
Una de las premisas básicas del Enfoque gestáltico que como terapeuta me entusiasmó
explorar y profundizar es la certeza de que moviéndose dialécticamente entre opuestos,
la Vida se busca a sí misma.
Dentro de la bibliografía especializada, los comentarios acerca de este tema siempre me
fueron escasos en relación a su implementación terapéutica.
Palabras como "opuestos", "integración", "confrontación", "dialéctica de lo real", no son
solo conceptos teorizables, requieren una profunda comprensión existencial de aquellos
que se ocupan del tema.
Esta selección de discursos está realizada bajo la intención de favorecer este
entendimiento.
En el trayecto de ir y venir de uno a otro lado; entre la paciencia y la impaciencia, entre
el silencio y el trabajo, el amor y el odio, lo que somos y lo que no somos, entre el dar y
el recibir, la risa y el llanto, ser un hombre y ser una mujer...viajando entonces por la
vivencia de experimentar estos mundos tan distintos, vitalizamos el alma y nos hacemos
fuertes.
El modo con el que hacemos el viaje de ir de un polo al otro es el método budista del
camino del medio, la comprensión de que la realidad es la respuesta de los polos cuando
se encienden sus ligaduras, ha sido una fuente de inspiración para pensadores y
terapeutas del potencial humano.
Buscamos aportar un oasis en el desierto de las comprensiones lógicas y favorecer así el
único trabajo que da frutos reales, el que se logra a través de la vivencia.
Osho dice:" Nuestra experiencia está más allá de la lógica y más allá del lenguaje, si
realmente deseas entenderla tienes que experimentarla. Ninguna explicación es correcta.
La experiencia está más allá de la dualidad".
En el camino del medio como práctica de integración de opuestos, vivimos la dualidad
en toda su pasión y esto hace posible que en algún momento podamos dar un salto para
ir más allá de ella.
Movernos de uno a otro lado y encontrar un punto medio de integración es un gran
trabajo ya que tenemos que ir dejando de lado las ideas que sostienen los extremos... y
"los extremos son sostenidos sólo por ideas", nos recuerda el Maestro haciendo su
trabajo en inconmensurable silencio, realizando un amor y una paciencia a la que
podemos acercarnos sólo si nos transformamos allí.
Cuando podemos detenernos en el medio y vivir la tremenda experiencia de diluirnos en
el sentimiento de que no hay Opuestos, aunque sea unos instantes, al experimentar esos
momentos sagrados de transmutación, comprendemos que la vida real es total, que no es
exclusiva de ninguna parte. En esos momentos comprendemos que la realidad es
inclusiva.
Esta es la invitación última que nos regala Osho, en el campo único de su visión donde
se unen en un punto medio oriente y occidente, el ser y el no-ser; en ese territorio las
antiguas ideas acerca de lo sagrado y lo profano se renuevan y las separaciones
encuentran sus puentes si devenimos conscientes. Convirtiéndose así en un guía de la
evolución de la conciencia colectiva, por ser esta una tarea que nos concierne a todos.
Mi corazón recupera su calor, atraído irresistiblemente por la llama de la presencia del
Maestro, en sus enseñanzas convergen como un diamante el bendito encuentro de Buda
y Lao Tse que se realiza en el budismo zen, la danza de Rumi brindándonos su amistad
con todo "lo que es" a través de circular en la diversidad y encontrar unidad, Sócrates y
su "conócete a ti mismo", y con su reconocimiento y amor por Ramana Maharashi
entramos a la gran pregunta ... ¿quién hay ahí?... a partir de la que podemos trascender
la dualidad y renacer.
La práctica sistemática de las herramientas meditativas que OSHO diseñó nos ayuda a
experimentar una comprensión real de las enseñanzas de estos diferentes linajes. La
presencia de su Palabra hace lo demás.
Osho, al hablar de opuestos y su encuentro como complementarios, habla de esta
búsqueda desde su Estado de Ser y nos invita a participar en esta integración con Amor
y Libertad a través de darnos con infinita generosidad su Palabra Silenciosa.
Para las "personas que trabajamos con personas, trabajándose a sí mismas", como me
gustaría definir mi trabajo, las palabras de Osho son una fuente permanente de
inspiración, regocijo y frescura.
Este trabajo va dirigido a todos los que han bebido de muchas copas y sin embargo,
siguen anhelantes de beber gotitas del río que nos lleva al Océano de la Vida.