
Participantes de una Mesa de Conversación
Jean-MarieDelacroix (Fran)
Alejandro Spangenberg (Urug)
Graciela Cohen (Arg)
Gustavo Mozzoni (Urug)
Fernando de Lucca (Urug)
Bueno, acá estamos, estoy completamente sin ningún texto en la cabeza, mi corazón
está presente en lo que me toca, así es que nos pusimos de acuerdo entre todos los que
formamos parte de esta Mesa con la idea de exponer unos minutos cada uno y luego
contestaremos preguntas…al ser la única mujer, los compañeros me han invitado a que
sea quien comienza.
Compartiré con ustedes lo que me vaya surgiendo…y luego nos inspirarán con sus
preguntas,esa será nuestra dinámica.
Si comienzo por atender el título de nuestra Mesa lo primero que tengo por decir es que
me es muy difícil separar Gestalt de Espiritualidad…para mí no son aproximaciones
separadas…para mí están unidas… y en esta unión fui creciendo y en esta unión me he
inspirado para seguir haciendo todo lo que realizo.
Lo esencial de los Caminos del Espíritu, si destilamos todo y nos quedamos con lo
principal, podemos decir que la invitación ultima de los caminos del espíritu es la de ir
reconociendo lo que tiene valor en la vida, y en este sentido este es el horizonte ultimo
del Enfoque Gestáltico… entonces para mí está unido…
Y si me miro a mí misma y mi historia puedo decir que mi contacto con el Enfoque se
va profundizando en la medida que mi apertura a lo espiritual se va haciendo más
intensa, más íntima, más relacionada con “lo que es” y va siendo en la existencia, pero
es todo un mismo viaje, no es que junte esto con lo otro, que yo soy gestáltica y junté
técnicas o cosas así dentro de los grupos, no, no hago eso, no sabría hacerlo.
Para mí es simplemente que la Gestalt que llevo adelante y que fundamentalmente tiene
que ver con el rescate y resignificación de lo que cada uno considera como valioso para
su vida, a eso le llamo una Gestalt espiritualizada. Y en esa dirección, el eje, la columna
vertebral de mi propio desenvolvimiento, mi tutor, como las plantas que tienen un tutor
para crecer, mi tutor, mi “escalera” hacia la luz, son mis Maestros. Ellos son la base.
Para comprenderlo un poco mejor quizás pueda agregar que mi trabajo no es acerca de
lo que se llama desarrollo personal, mi escalera es de lo personal a lo colectivo y de lo
colectivo a lo impersonal.
Así voy viajando en mi evolución, ese es mi movimiento desde que puedo referirme a
él, sé, recuerdo con mucha nitidez los momentos en que me tocó la energía de la verdad,
me tocó la fuerza de la realidad, sé cuándo y cómo me fui despertando parcialmente,
aunque siga dormida…lo recuerdo muy bien…entonces puedo decir que sé que salí de
la pesadilla de creer que solo soy mi pequeña mente basada en culpas y miedos como
única gestadora de realidad… Y en eso voy avanzando…
Entonces reconozco los momentos de esos pequeños despertares…. reconozco
profundamente el anhelo de encontrar un tutor para que me ayude a seguir moviéndome
hacia la luz.
En ese sentido el lugar de los Maestros podría decir que son mi vida y soy la vida de
ellos y en mí “Somos uno” …y esto ocurrió y ocurre a través de la práctica de las
enseñanzas.
De este modo aprendí que hay un trípode básico a través del cual se desarrolla el
proceso y se estimula la conexión única que solo es posible tener con un Maestro.
Uno de estos ejes es la relación con él, la relación con su presencia al nivel que puedo
relacionarme, que me lo permite, otro de los ejes es la práctica de sus enseñanzas y lo
tercero la vinculación con la comuna que rodea a cada Maestro, son discípulos, son sus
amigos, son sus alumnos, son sus familiares, la comuna energética a la que estos
Maestros pertenecen. Esas son las tres cosas que producen en mí la transformación. Un
eje contiene a otro y todos están en diferentes dimensiones interrelacionados. Esa es mi
experiencia.
Mi apertura, mi Maestro raíz, es OSHO. Es mi Maestro raíz, mi base. Él es mi apoyo.
Estoy compartiendo con ustedes algo muy íntimo lo más rápido que podemos…. en este
clima me doy cuenta que todos estamos entendiendo….
Bueno...en base a este trípode me sumergí inevitablemente en su campo energético. Él
me vino a buscar cuando yo tenía 23 o 24 años, lo digo así, nunca lo conté.
En esa época formaba parte de un grupo, con quienes estudiábamos filosofía guiados
por nuestro querido Luis Halfen, hacía unos años que estábamos en ese círculo y Luis
consideró que era tiempo de hacer una Escuela que se llamó Escuela de Filosofía de
Buenos Aires, llegó el día de la inauguración, yo formaba parte de ese grupo, todos
estábamos muy contentos.
Luis estaba dando la conferencia inaugural y de pronto siento un fuerte ardor en la nuca
(Nalini se toma con la mano derecha arriba de la nuca), así me tomó.
Me doy vuelta sorprendida y veo entre la gente solo una mirada que me ve…veo solo
unos ojos que me miran…. todo desaparece por unos instantes y solo veo esos ojos
como una señal…como una indicación…me quedé muy impactada.
Luego compartimos algo para comer y se me acerca la mujer que miraba de esa forma
tan especial…y me dice: “Vengo del lugar donde está tu gente”, imagínense lo que es
eso a los 24 años. ¿Dónde está mi gente?, le pregunto, “Está en India al lado de
Rajneesh, estuve allí por un año y sé que ese es tu lugar”, me dijo.
Para mí pensar en India, a esa edad era como hablar de la galaxia Andrómeda.
Estábamos intentando vitalizarnos y reunirnos a pesar del terror, ir a India era
impensable.
Me quedé completamente conmocionada, me llevó muchos años ir por primera vez a
India y a la casa de OSHO.
Durante esos años y a partir de ese momento, me fui entrecruzando con muchos
discípulos de OSHO y con sus enseñanzas, con sus meditaciones, luego todos los
seminarios de la Nanita y sus grupos, allí empezamos a hacer Meditaciones de OSHO,
Dinámica, Kundalini, toda esa historia, divina, hasta que un día tuve la gran suerte de
que la invitaran a Nana a ir a India… y cuando extendieron esa invitación a mí me dije:
¡Ahora voy…!
Para mí fue una cosa increíble poder ir a la casa de OSHO con la Nana, que se unió a su
cierre de venir a Buenos Aires de manera mensual…Era una cosa así increíble. En ese
contexto nos hicimos las dos discípulas de OSHO, vivas de amor.
Así comencé a profundizar con prácticas diarias y mi proceso interno vivió una gran
transformación en su intimidad al cambiar mi interlocutor…eso fue para mí muy
conmocionante y sorpresivo…Durante 10 años mi interlocutor interno era la Nana,mi
voz interior estaba entretejida con la voz de Nana…eso me había ayudado a
resignificarme y a salir de la que OSHO llama “la pequeña familia”, aludiendo a un
estado de mente hecho fundamentalmente de las identificaciones con los criterios de
vivir de los seres del origen de mi vida…más allá de mis controversias y desacuerdos,
esa era mi base… con la Gestalt y la Nana eso había cambiado … esa es la fuerza
indestructible del amor….y de golpe pasó otra cosa…. (Interrupción de una persona en
la sala, no logré escuchar la razón).
Volvamos a nuestro cuerpito, tenemos que imaginar que agua de rosas va cayendo por
todos lados. …flores de colores… (no se escucha bien, la gente pide cambiar el
micrófono)
Más o menos esto se puede escenificar con lo que pasó en mi vida. Llegó OSHO y fue
un cambio de volumen, fue tal la nitidez de percibirme…mientras conocía más
profundamente su invitación… no me enamoré enseguida, yo creí que estaba
enamorada, hasta que me di cuenta que no era así…todo eso me llevo un tiempo.
Recuerdo que algunas veces tuve diálogos gestálticos con OSHO, cuestionando esto o
lo otro…como si de alguna manera estuviéramos de igual a igual… una gran atracción
sin devoción…cuando me di cuenta de la ignorancia casi me muero de vergüenza ante
mí misma, no sé cómo decirles….ese sacudón interno fue un salto…un gran salto para
mí…sin esa vergüenza no hubiera avanzado…como estoy entre colegas, quiero
contarles que el vínculo con mi Maestro es un vínculo que se teje y entreteje… hasta
que todo desaparece…
Es fácil aceptar sin cuestionar nada, es fácil cuestionar todo y no entregarse, lo difícil es
atravesar esas fronteras y entregar el corazón después de la batalla sagrada.
Por eso escribí un libro que se llama Amar y Permanecer, porque permanecía ahí ante
todas las pruebas y no es que el Maestro te la hace sencilla, “vení nenita que sos la más
linda del barrio” …nada de eso…
Aun así, debo decir que los Maestros nunca me pusieron en situaciones incómodas.
Pero acuérdense que yo les decía que estaba haciendo una escuela de Filosofía.
Imagínense la cabeza que tenía esa criatura a los 23, 24, 25 años. Yo creía que sabía y lo
que no sabía podía aprenderlo, en el nivel que se puede aprender. Entonces fue una
ruptura interna, hecha con gran amor, recibiendo regalos tras regalos de los Maestros.
Eso me permitió seguir, si no yo no hubiera seguido, y ¿cuáles son los regalos que te da
un Maestro? ¡Las revelaciones!
Todo es como dice Campbell…¡¡¡ pruebas y revelaciones, pruebas y revelaciones!!! Y
entonces yo acepté las pruebas.
Viajé lejos, junté dinero, dejé a mi hija, traté de hacerlo lo mejor posible, sin herir, sin
lastimar, sin jorobar, dejé novios explicándoles más o menos lo que podía y me quedé
siempre con los que me entendieron y me la hicieron fácil, eso es verdad.
Con uno de esos hombres estuve 16 años, ese fue el que más me entendió. Y me ayudó
muchísimo. Entonces yo hice las pruebas, pero lo que me impulsó a seguir en el
camino, fueron las respuestas, las recompensas del camino que no están hechas de cosas
concretas sino de sutilezas, esos fueron regalos increíbles, que son la consecuencia de
este amor único, que tiene que ver con las sorpresas, con las casualidades, con las
ayudas, con los apoyos, con los aliados invisibles que aparecen en tu vida todo el
tiempo y la posibilidad de ser consciente de las transformaciones.
Entonces comprendí que el camino es aquel que te da más confianza en vos mismo y en
algo más grande, y son los Maestros los que te traen esa grandeza, no te traen otra
cosa… te recuerdan de dónde venís, te inspiran, te cuentan historias increíbles, te
muestran con su presencia las flores de la existencia. Llenos de relatos sagrados te
alegran la vida. Te la hacen interesante, te animan a no perder el tiempo.
Mi relación con OSHO sigue viva hasta el día de hoy, igual cuando él se fue nos dijo:
“Sigan, no estén tristes”, lo que era difícil, “No estén tristes, yo cumplí lo que vine a
hacer, les dejo mi sueño”, eso nos dijo. “Sigan, donde hay un Maestro vivo, que tiene
enseñanza viva, vayan y colaboren con él, si pueden ayudarlo, lo ayudan y sigan
tomando conocimiento … sigan”.
Estábamos preparados, yo sentí que estaba parada en mis propios pies.
Y de ahí hasta acá, cuando hay alguna flor, me siento atraída y estoy ahí, a muchos
colegas y amigos les resulta un poco extraño.
A veces uno ve un Maestro del lado de afuera, porque desde el lado de adentro es una
cosa y del lado de afuera es otra cosa, como todo en la vida.
Del lado de afuera, en lo aparente, un Maestro puede parecer muy sencillo, muy
superficial, entre comillas, o muy extraño, cosas que cualquiera puede llegar a pensar,
pero si me entusiasma o toca mi corazón para mí es el mejor lugar donde yo puedo
estar. Y de ahí acá, mi vida es un viaje, y trato de compartirlo con la gente con la que
estoy. Con las prácticas que voy aprendiendo, soy muy disciplinada entonces siempre
estoy con alguna práctica. Y esto me da una alegría, estoy contenta y creo que es lo
máximo que podemos llegar.
Vengo de India, de una locura, de hacer un viaje de un lado para otro, estudiando,
practicando y visitando, en uno de los tramos tomé un taxi por 500 kilómetros… eran
dos taxistas que estaban un poco locos...como se está un poco loco en India que ya
viajar y en taxi es una locura. Cuando se enteraron que yo era discípula de OSHO… se
alegraron y comenzaron a fumar marihuana… una locura.
Me llevaban al Ashram del Ravi Shankar, fui a visitarlo ya que, entre otras cosas estoy
escribiendo un libro sobre él, que me autorizó a que haga, fui a preguntarle si quería que
se lo publicara ahora, si quería darme un título o no, en definitiva, solo fui a verlo. Esa
idea ya me alegraba…estuve viajando con él por Calcuta y fueron unos días muy
increíbles… de puro agradecimiento estoy escribiendo un libro…
Entonces llegué a su Ashram y los taxistas locos se fueron y yo me quedé con las valijas
paradita en la puerta…El Ashram del Ravi Shankar en Bangalore es muy sencillo y está
en el medio del campo, si no hay lugar para dormir allí, estás en un problema. No hay
lugar, no hay un hotel, nada. Y entonces yo estaba ahí, con los bolsos y las valijas, voy a
la oficina y me dicen: “no te podés quedar a dormir acá porque si no hacés un curso no
te podés quedar” y un curso yo no estaba disponible para hacer … y entonces yo me
quedé ahí preguntándome: “¿Cómo sigo…?
Entonces una mano me agarra y me lleva corriendo a la casa del Ravi… eran las cinco
de la tarde, lo hora en que Él sale a dar sus bendiciones.
Entonces yo me siento ahí, al lado de unos hindúes que estaban por recibir sus
bendiciones a las cinco de la tarde. Y mi cabeza no paraba de pensar, dónde voy a
dormir, dónde voy a comer, dónde me voy a bañar, qué lío, todo papapapapa… y Él sale
con una rosa en la mano, porque Él es muy así, es divertido, siempre con su sari blanco
de seda... Camina como en el aire y riéndose…Salé así con su rosa, me mira y me
golpea con su rosa en la cabeza y me dice “¿Estás feliz?”, se me borró todo, así tac,
“¿Estás feliz?” y yo así feliz dentro de su ala, Sí, le dije, feliz como una tonta…Es un
amor ¿entienden? Algo súbito…. Sí, le dije. “Es lo único que importa” me dijo.
Bueno, salí de ahí y me había olvidado de todos mis problemas, a los cinco minutos ya
estaba durmiendo en un lugar, habiéndome bañado, comido y contenta me fui a las siete
de la tarde a escuchar su discurso.
No sé cómo decirles lo que les quiero transmitir, pero para mí la Gestalt espiritualizada
es vivir de corazón y pararte en tus propios pies, compartir vitalidad e inspirarte para
abrir más tus fronteras de maneraque no te importe lo que te digan los demás y saber
que la gente que te ama de verdad, a lo mejor tiene algunas cosas para decirte, pero si ve
que estás contento y que estás bien, eso es lo que les importa.
Yo le contaba a una compañera que estuve en Varanasi viajando por India y Varanasi es
un lugar muy potente, es donde se crema a los muertos en las orillas del Ganges, estuve
ahí haciendo unas prácticas. Yo pertenezco a una escuela que se llama el Yoga de la
Voz…. Y en Varanasi hay un maestro de una meditación sonora muy antigua llamada
Drupadh… fuimos allí a tomar clases de este arte sonoro….
Vivimos frente al Ganges y todo el tiempo y desde mi ventana veía cremar los cuerpos
muertos…y eso es un shock … se te para la cabeza…el alma se despierta y baila en su
hilo...una semana así ... veía algo que nunca había pensado, como es la gente que
cuando se muere va a ser recordada y como es la gente que cuando se muere va a ser
olvidada y veía que había cuerpos que se cremaban con un poco de madera, que alguien
buenamente había comprado, otros estaban solos cremándose y con otros se sentía el
amor que había puesto en la vida por el amor con el que eran despedidos y
entonces sentí que había tantas diferencias en ese momento.
Siempre pensé que los ritos que se hacen cuando alguien muere son para los que se
quedan, nunca había visto con tanta nitidez que también es para los que se van, para que
si van a otras vidas vayan también con sus méritos … en ese lugar mi cabeza paró y mi
alma se vio reflejada en una realidad real.
Varanasi antes se llamaba Benarés y antes también se llamaba de otra manera, los
hindúes les cambian los nombres porque los estados de conciencia van cambiando con
la vida, entonces si tu estado cambió, entonces debe ser nombrado con otro nombre, es
tan así que no solo cambian los nombres de las personas sino también cambian el
nombre de los lugares, de los pueblos, porque ellos también se transforman y eso es una
belleza increíble. Mucho más podríamos decir, pero los demás compañeros tienen
también su tiempo.
Entonces… bueno… básicamente esto es lo que quería compartir, temas de la vida, la
muerte y las transformaciones… eso para mí es una Gestalt Espiritualizada.