21/3/2020

MEDITACIONES EN TIEMPOS DE PANDEMIA


A partir de marzo del 2020, un fenómeno nuevo arrasó con la vida como se estaba viviendo en ese momento: la Pandemia. Tuvimos que quedarnos en casa y ver cómo seguir conviviendo con esto. En ese momento las prácticas meditativas llegaron en nuestro auxilio. Ante la dificultad de reunirnos de forma presencial diseñe cada semana una meditación que enviamos por whatsapp. Llame a este diseño MEDITACIONES GESTÁLTICAS Ritos de reunión con nuestra energía a través de un camino con corazón que se expande. Diseños cuyo objetivo es seguir un camino de claridad para atravesar este momento “embriagándonos” del perfume de los místicos de todos los tiempos, mis experiencias y relatos con Maestros con los que he vivido, comprensiones acerca de los procesos y mi linaje de conciencia. Han resultado de mucha ayuda y constan de tres momentos: 1) Inicio: Pequeño relato 2) Desarrollo: El proceso guiado 3) Cierre: Palabras finales para darle más vuelo a la práctica. Duración 50 minutos Aquí te presento tres fragmentos de la Primera parte de estos envíos semanales

(de El Arte de la Espera 29/4/2020)


Seguimos meditando, esta vez cada uno en su casa, respetando la iniciativa de cuidarnos y cuidar en este estado de espera activa; no es un estado de espera pasivo, sino que sabemos que estamos esperando. Entonces nuestra meditación también colabora para que ese estado de espera tenga un sentido. La espera tiene que ver con el tiempo, y en el estado de meditación el tiempo atraviesa esa espera de tiempo lineal y entra en otro tiempo, ese tiempo lineal comienza a evaporarse. Todos los místicos de todos los tiempos, todos, Jesús, Mahavira, Lao Tsé, Buda, se ponen de acuerdo y confluyen en que el estado meditativo es un estado que no puede ser explicado con palabras porque es un estado que va más allá del tiempo. Entonces estar juntos para experimentar y practicar ese estado que va más allá del tiempo, nos ayuda a esperar. La meditación es una especie de sueño despierto, no estamos inconscientes, no estamos dormidos, tampoco estamos en el mundo, vinculándonos con las cosas del mundo, estamos conscientes, en un estado donde el tiempo lineal se evapora. Es una comprensión del tiempo diferente, es un tiempo que podemos llamar sutil, la experiencia de ese tiempo es única. Entonces la meditación es ese tiempo, el tiempo de nuestro espacio interior, el tiempo de nuestra alma, el tiempo donde las cosas ocurren como un sueño despierto, de modo completamente súbito. Eso es lo que estamos practicando, un sueño despierto donde el tiempo lineal se desvanece. En ese tiempo de la espera sabemos que todo vendrá a su tiempo, a su manera, como la lluvia que, a su tiempo y a su manera, siempre viene y alegra la tierra. La espera de la que estamos hablando no es una espera como una esperanza vacía, es una espera plena, es una espera interior. Estamos contribuyendo a la certeza, una certeza que vive dentro nuestro, esa certeza de que esperar tiene sentido, esa confianza de que esperar tiene sentido. Y esa es la manera en que es posible aguardar el tiempo de la alegría de la tierra. Inspirando, espirando, sintiéndote confortable en tu espera.

(de La Fortaleza en tiempos de debilidad 13/5/2020)


La invitación de la meditación trata de que podamos expresar nuestra presencia en cualquier circunstancia. Este tiempo excepcional que lo llaman de confinamiento no puede ponernos en antagonismo con el concepto de libertad que también tenemos, si bien hay una restricción de movernos exteriormente, no hay una restricción del movimiento de libertad interior. Si bien estamos un poco a distancia de los otros - a eso se llama aislamiento - no hay un aislamiento de la posibilidad de estar cerca de tu sensación de autonomía, de soledad sin desolación, porque el espacio de meditación necesita del desarrollo de nuestra capacidad de libertad y de no temer a nuestra soledad. El propósito de nuestra meditación es encontrar la fortaleza de nuestra libertad, encontrar la fortaleza de nuestra soledad, que nuestra vida no sea una respuesta al confinamiento o al aislamiento sino una respuesta a la oportunidad de ser libres y encontrarnos con nosotros mismos y que nuestra soledad no nos produzca temor, inquietud ni aflicción sino que sea una oportunidad de estar en recogimiento y en conexión con nuestra identidad natural, buscando la respuesta a la pregunta, ¿quién hay ahí? ¿quién soy yo? Y que sea una respuesta que la dé nuestro corazón, que logremos escuchar nuestro corazón y su propósito. Observar nuestra vida desde nuestra mente es una versión de nosotros mismos, pero hacerlo desde el corazón nos da otra perspectiva. Despertar al entendimiento de esta manera particular que tiene nuestro corazón de hablarnos a través de sensaciones, de sentimientos, es volcar nuestra conciencia a acercarnos a ese centro que llamamos nuestro corazón.

(de La Fortaleza en tiempos de debilidad 13/5/2020)


La invitación de la meditación trata de que podamos expresar nuestra presencia en cualquier circunstancia. Este tiempo excepcional que lo llaman de confinamiento no puede ponernos en antagonismo con el concepto de libertad que también tenemos, si bien hay una restricción de movernos exteriormente, no hay una restricción del movimiento de libertad interior. Si bien estamos un poco a distancia de los otros - a eso se llama aislamiento - no hay un aislamiento de la posibilidad de estar cerca de tu sensación de autonomía, de soledad sin desolación, porque el espacio de meditación necesita del desarrollo de nuestra capacidad de libertad y de no temer a nuestra soledad. El propósito de nuestra meditación es encontrar la fortaleza de nuestra libertad, encontrar la fortaleza de nuestra soledad, que nuestra vida no sea una respuesta al confinamiento o al aislamiento sino una respuesta a la oportunidad de ser libres y encontrarnos con nosotros mismos y que nuestra soledad no nos produzca temor, inquietud ni aflicción sino que sea una oportunidad de estar en recogimiento y en conexión con nuestra identidad natural, buscando la respuesta a la pregunta, ¿quién hay ahí? ¿quién soy yo? Y que sea una respuesta que la dé nuestro corazón, que logremos escuchar nuestro corazón y su propósito. Observar nuestra vida desde nuestra mente es una versión de nosotros mismos, pero hacerlo desde el corazón nos da otra perspectiva. Despertar al entendimiento de esta manera particular que tiene nuestro corazón de hablarnos a través de sensaciones, de sentimientos, es volcar nuestra conciencia a acercarnos a ese centro que llamamos nuestro corazón.

(de Juntos en lo Extraordinario 26/6/2020)


Estamos todos viviendo hechos extraordinarios en este momento. Está ocurriendo algo que nunca jamás ha ocurrido en toda nuestra historia como humanos, que de pronto algo invisible nos junte a todos, de todos los lugares, incluidos aquellos países que ni siquiera conocemos bien, todos envueltos, todos involucrados, todos relacionados a través de algo invisible. Y todos enterándonos de esta presencia invisible que a todos nos toca. Esto es único, extraordinario. De pronto nos damos cuenta que estamos todos juntos en un mismo planeta y que todos somos parte de lo mismo, de la misma humanidad. Y esto es muy fuerte, y esta misma humanidad está siendo tocada, está siendo sacudida, esta misma humanidad está siendo revista, revisada, y todos nos estamos replanteando qué queremos, quiénes somos, qué queremos hacer, y todo está siendo replanteado en todos los niveles, en el nivel de nuestra propia historia personal, en nuestro nivel social, vincular, cómo queremos vivir como ciudadanos en este mundo y qué significa esto, como un despertar al conocimiento de vivir como un ser social en este mundo. Todos nuestros valores están siendo revisados y hay mucha conmoción porque aquello que creíamos controlar, nuestra economía, nuestro cuerpo, nuestros vínculos se está tornando en algún momento algo a ser revisado. Entonces tenemos que pasar por un caos y por una reorganización, un proceso en que también están siendo revistos nuestros valores, nuestros principios, nuestras ideas. Todo un replanteo de cómo funcionamos en todos nuestros niveles. Comenzamos por el principio, como siempre comenzamos, por el cuerpo, entonces esta presencia de lo invisible toca el principio que es nuestro cuerpo, siempre empezamos por el cuerpo porque es lo más sagrado, lo más básico que nos tiene y que tenemos. Y esto también está siendo revisto porque adquiere una importancia única y entonces comprendemos una vez más que no somos solamente el cuerpo físico. Y ahí empieza también la presencia de lo invisible a elevarse. Entonces no es solamente lo invisible de este bichito del cual tenemos que cuidarnos, protegernos y escaparnos sino que hay otros invisibles que también cobran existencia, nuestro sistema inmunológico también es invisible, ¿dónde está? Es invisible, está en todo, todo el cuerpo, tiene una inteligencia en todo el cuerpo, por eso se lo llama un cerebro móvil: cualquier cosa que nos ataca, ahí está nuestro sistema inmunológico para defendernos. Entonces también estamos comprendiendo otro invisible del gran invisible que estamos comprendiendo como meditadores que es nuestra conciencia, que está en todos lados y en ninguno, la gran mente, como la llaman los budistas, nuestra conciencia. Y todos los seres del planeta estamos dentro de esa conciencia, la gran conciencia, todos viviendo dentro de ese mundo invisible. Entonces es un hecho extraordinario lo que está ocurriendo, podemos despertar a que lo invisible no es no-existencial, existe aunque no lo podamos tocar, no lo podamos ver. Es una situación única, podemos tener una fragancia, podemos tener un latido particular, podemos tener la sensación de estar dentro de eso, de la conciencia, de la gran conciencia. …… Hasta el día de hoy en que estás leyendo esto … ¡AQUÍ SEGUIMOS! Bienvenido, bienvenida a unirte!


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